Mi obsesión con la lectura comenzó cuando vi la película «Troya», aquella donde Brad Pitt interpreta a Aquiles. Desesperada por saber qué sucedía después, decidí, por voluntad propia, adentrarme en libros que eran bastante avanzados para una niña de 10 o 12 años. Así fue como me sumergí en la «Ilíada». No voy a negar que había partes en las que tenía que pasar de página, sobre todo cuando le dan a Aquiles la noticia sobre la muerte de Patroclo. Por tanto, tampoco soy tan profunda como me gustaría creer.
De los primeros libros con un toque de romance que recuerdo haber leído estaban «La Celestina» y «María» de Jorge Isaacs, ambos con finales no tan alegres. Como la mayoría de los adolescentes, tuve mis momentos no tan brillantes con libros que me obsesionaron y que pensaba que eran la cúspide de la literatura; sí, estoy hablando de «Crepúsculo». Te confieso que aún hoy, al ver la película de «Amenecer», siento maripositas en el estómago.
El momento definitivo llegó allá por 2013, siendo yo una fanática obsesiva de One Direction, leyendo unos libros mal adaptados y, en su mayoría, con faltas de ortografía, llamados fanfics, un mundo oscuro del que tal vez te cuente más…
Estaba leyendo un fanfic que tenía como protagonista a Liam Payne, era una adaptación de un libro de Lisa Kleypas, aunque yo no lo sabía. La persona que subía el libro simplemente desapareció, como solían hacerlo todas ellas, dejándome con dudas y llevándome a buscarlo por todas partes.
Hasta que un buen día descubrí el verdadero nombre del libro y ahí comenzó mi amor, diría casi obsesión, por los libros de la época victoriana. Me leí casi todos los libros de Lisa Kleypas y amé tanto a sus personajes que sus libros están en mi mesa de noche.
Quiero compartir con ustedes, queridos lectores, mi amor por la literatura romántica, con la ilusión de poder crear una comunidad.
Y si has llegado hasta aquí, gracias por tomarte el tiempo de leerme.